Los primeros saludos gentiles y amables

fueron interpretados como muy agradables

el vigor de su comunicación

me hizo prestar más atención.

Luego fueron miradas encendidas

que delataban un interés evidente

me hicieron pensar que tal vez

existía la posibilidad de besarla en la frente.

Cruzarnos a diario en los jardines,  también  en las escaleras

o encontrarla en el ascensor como la vez primera

turbaban en el instante mi accionar

y mi nerviosismo,  no lograba controlar.

Tantas coincidencias me hicieron  pensar

que algo especial tenia que pasar

los nervios y la tensión

me turbaban  y aceleraban mi presión.

Estos episodios me preocuparon

hasta que en un saludo de mejilla,  nuestros labios accidentalmente se rozaron

en ese momento exploto mi corazón

desde ese momento en mi pensamiento no existe la razón.

Lo que vivo desde  ese instante

me confunde y turba mi proceder

no quiero vivir lo que he vivido antes

me da miedo de volver a amar, amar y locamente querer.

Estoy tratando de curar este corazón herido

que hasta ayer estaba deshecho, estaba perdido

pero ahora que tu apareces en mi escena

creo que tal vez tu, seas la medicina más buena.

Estoy tratando de curar este corazón enfermo

que solo por amar y querer,  he vivido un infierno

este corazón hasta ayer estaba desahuciado

al sentirte a ti,  con que vitalidad ha  reaccionado.

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