Yo defiendo al minero
porque conozco su sacrificio
la jornada, la comienzan primero
no se lo impide ningún vicio.
De temprano, orada la roca
o suda en la fundición,
en las noches, los entumece el frío
de día, lo consume la insolación.
Conozco los turnos de siete por siete
también los turnos de uno por uno
también los de veinte por diez,
la salud, no la recuperas con ninguno.
El daño de tus pulmones
de tus huesos y la vista
no fue, ni será recompensado
por aquellos que…las huelgas han criticado.
Los co-nacionales, se atreven criticar
aunque ninguno de ellos, es capaz de trabajar
con frío, a una temperatura adversa
arriesgando la vida sin miedo y con fuerza.
El frío de la noche nortina
en carne propia, hay que vivir
trabajando dentro o fuera de la mina
para ganar un sueldo aquí, hay que sufrir.
El calor y el aislamiento, hay que vivir
para que comprendas al nortino, tú lo debes sentir
es fácil criticar abrigadito en la oficina o en la cama
esto demuestra que no has vivido, ni un día en Calama.
Hay que sentir el frío del norte
para comprender que trabajar aquí, no es un deporte
es necesario sentir como el sol, la piel te la quema
para que puedas entender que la insolación, no es buena.
El minero hipoteca la calidad de vida, la salud
por eso, él llega primero al ataúd.
el minero, ofrenda la vida, sin miedo,
desde hace mucho, todos ellos ya se han ganado el cielo.