Sol radiante, que todo lo cubres

sol poderoso, que a todos sometes

doblegas animales, arbustos, pero no al minero 

que con pala y barreno a diario,  al trabajo arremete.

Cada día, brilla el sol sobre las cumbres

quema la superficie,  del desierto

calienta, derrite nuestras fuerzas

aquí no logran sobrevivir,  las larvas ni los insectos.

Sol que martillas, el cráneo de día

no derrites, la curiosidad del afuerino

no logras aniquilar, la voluntad del pampino

aunque horas tras horas, resecas la piel del nortino.

El sol quema pero no derrite

la fuerza ni la voluntad del nortino

esta raza a las inclemencias no le permite

imponerse, en este paraíso  divino.

El sol enciende, la rebelión del minero 

ante el dolor, el frío y el aislamiento

lucha de noche, de día,  convencido

que muchos chilenos podrán vivir contentos.

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