En una choza húmeda duerme Juanito cobijado

por el calor de su madre, de su gato y de un invitado

que lo encontró en la calle sucio y mojado

es un muñeco de trapo, que otros niños habían dejado.

A Juanito lo levanta, el hambre temprano

salta del camastro y se pone los zapatos mojados

los que usa con gusto, porque fueron regalados

por un alma caritativa que se los trajo…los encontró botados.

Comienza el día y recorre el terreno, que es su patio

donde se encuentran desechos, tarros, trapos  y fierros

que siempre han estado allí y nunca son ordenados

sirven para adornar el paisaje de estos seres postergados.

Juanito es de estos seres que nacen,  sin esperarlo

nacieron de un compromiso que se dio en un día nublado

solo con la emoción de un momento, que ya fue olvidado

que culpa tiene este ser, de haber nacido marcado.

Cuando crezca irá a la escuela para aprender a escribir

pero con los mocos colgando y tanto piojo no lo podrán recibir

no tiene apoyo materno y de su padre nunca se supo

ese animal no tiene conciencia de lo que hace, es un bruto.

Cuantos Juanitos tenemos en nuestros barrios y escuelas

que necesitan apoyo, estimulo, paciencia y  comprensión

para que con trabajo, esperanza, fe  y  dedicación

pueda cambiar su vida por otra de mejor condición.

El llamado es para usted

que ha superado barreras con responsabilidad

comience por buscar a los que necesitan

y encuentre a quien ayudar.

En especial a seres menudos 

que no tuvieron , ni  tienen la posibilidad

de construir solos una oportunidad 

y así juntos podremos construir una mejor sociedad.

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