El minero explota, la árida tierra
pero poco a poco, ella lo consume
muy pocos, se enriquecen con sus entrañas
pero al rudo minero, el esfuerzo y la tierra lo destruye.
Al minero su salud, ya no le pertenece
lo que se recibe es poco, mucho más él merece
asume y acepta esta condición
suda, lucha por obtener la redención.
El minero se impone al aislamiento
al frío, al calor y el sufrimiento
desafía al peligro y a la contaminación
para hacerle el sueldo a su querida Nación.
Los que critican al minero
lo hacen desde una oficina
no se imaginan ni tienen conocimiento
de lo que es trabajar en la pampa, una noche con neblina.
Opinan sin saber del sacrificio
que el minero realiza en cada jornada
deberían estar en las faenas
a pleno sol o en turnos de madrugada.
Hermanos, chilenos, reconozcan
que sin estos superhombres, sin estos guerreros
el país no tendría los ingresos
por las exportaciones de cobre, donde somos primeros.