Admiro las manos obreras
que de día y de noche, rompen canteras
sangran y sudan, para llevar el sustento
de tantos niños hambrientos.
Bendigo las manos sufridas
que trabajan, con la esperanza perdida
que el obrero algún día reciba
la recompensa, siempre merecida.
Imploro por las manos de niños
menudas tenazas sedientas
que buscan alimentos hambrientas
y no logran remover, algunas conciencias.
Respeto las manos, de la dueña de casa
todo, todo, lo hace y también a su gente abraza
todas las tareas, las realizan con decisión
sin pedir, sin recibir, la merecida retribución.
Las manos de la amada
suaves, tiernas, delicadas
esperan impaciente, muy perfumadas
acariciar a aquel ser, que la tiene encantada.
Las manos amigas
siempre dispuestas a ayudar
cada día esperan, poder apoyar
lo que mejor hacen, es incentivar.
Las manos agradecidas
aplauden, saludan, con decisión
abrazan con afecto, cariño, con buena intención
se siente su afecto, en cada ocasión.
Las manos del artista, que encanta
cuando imprime en la tela y el ánimo te levanta
con escenas de tonos y motivos bellos
que si observas con el corazón, del paraíso ves destellos.
Las manos de Cristo horadadas
por el cincel de pecado, oxidadas
te recordarán la injusticia y la traición
desde ahora ,debemos ser mejores personas de corazón.